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DEFENDER LA DEMOCRACIA: CON GRANADAS O GRANADOS

  • Monseñor Hipocritón
  • 3 may 2015
  • 3 Min. de lectura

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¡Buenos días, hijitos míos!

¡Hoy me levanté feliz y con el pie ultra-derecho! Pensando en un Gran Hipocritón, como yo, y como el que ustedes, hijitos, deberían aspirar a ser. Y no es que haya estado pensando en hombres. No me vayan a malinterpretar, muchachitos excrementales; lo que pasa es lo siguiente: esta semana se me acerca al confesionario una jovencita pecaminosa, como casi todas, una fémina de faldas cortas y muslos tensos; tenía las tetitas paraditas y un lunar entre las… ¡Bueno, no me desvío más! El caso es que la conversación con esa muchachita me llevó a dicho héroe:

- Monseñor, he pecado.

- Evidentemente, hijita, pero, ¿qué ha hecho tu obsceno género esta vez?

- Algo horrible Monseñor, me han (…)

- Habla más alto hijita, que no te escucho.

- Me han (…)

- ¡No te escucho, muchacha, háblame duro!

- ¡ME HAN PENETRADO!

- ¡Hija mía! Baja el tono de tu voz, ¡Dios mío!, no vaya a ser que las Hermanas de la congregación te escuchen. Porque a veces se enloquecen con esa palabrita.

- Disculpe, padre.

- ¡Padre no, Monseñor! Pero en fin… cuéntame más, hijita. Seguramente lo tentaste con esas faldas.

- No, no, Monseñor… lo que pasa es que, justo habíamos recibido un condón del gobierno, que por cierto se nos rompió…

- Ay hijita, eso le pasa por recibir esos sucios aparatos del mamerto Ministerio de Salud.

- No, Monseñor, lo entregaba el Ministerio de Justicia.

- ¡Ahhh! Con razón estaba lleno de huecos, es que por allá falta el gran abogado, el único hombre de ley en este país (además de sus clientes), el Doctorísimo Jaime Granados.

Y es que el Doctor Jaime Granados es un experto en tapar huecos, por ejemplo los de sus clientes, los Nule. Es egresado de la Pontificia Universidad Javeriana, allí se ganó el apodo junto con otros muchachitos Hipocritones – entre ellos nuestro honorable exmagistrado Rodrigo Escobar Gil, que en este momento se encuentra perseguido po-lí-ti-ca-men-te por el tal caso de Pretelt – de “La Corte Suprema”; digo yo que fue por su independencia y rectitud.

Fue el personaje que importó de Costa Rica nuestro Sistema Penal Acusatorio, evidentemente un gran golpe a los injustos de este país, dado su gusto por el boxeo; y es que quién no temblaría ante los soliloquios de este hombre que más parece un elefante en defensa de la honra y la libertad de algunos buenos cristianos que han sido sus clientes. Entre esos intachables hijitos han estado nuestro expresidente Alvaro Uribe Balas, ¡digo!, Vélez; Oscar Iván Zuluaga, con el caso del Hacker-Cupido de nuestros corazones; Bernardo Moreno, el exdirector del DAS; Laura Moreno, la muchachita del caso Colmenares; los señores Jorge Manzur y Luis Eduardo Vives dizque por parapolítica, como si eso fuera un delito; los Nule, el Coronel Plazas Vega, entre otros…

Como pueden ver, hijitos pecadores, Jaime Granados se ha encargado de “mantener la democracia, maestro”, siendo defensor de las pocas buenas causas en este país. Dijo hace poco a la prensa que a él no le importaban los delitos, sino las personas; por ese motivo el Doctor puede defender crímenes atroces, si se conecta y le cree a la persona. Evidentemente una gran deducción, todos sabemos que la única gente de bien en este país es la que puede pagar a un abogado como nuestro querido Jaimito.

¡Cuánto me gustaría a mí saber que en las universidades de nuestra Colombia se siguen formando Doctores como este gran hombre! Declarado abiertamente religioso y defensor a ultranza del trabajar, trabajar y trabajar; su tesis como abogado consistió en defender el nada de nada para los guerrillos, ni perdón, ni reconocimiento político; así debe ser en un país decente como Colombia, la gran democracia latinoamericana, tan diferente de la cochina Venezuela comunista, castrista, ¡masona!... En fin. Nuestro querido Jaimito es todo un demócrata, como Jesucristo; solo le faltan sus Doce Apóstoles, quizá Santiaguito Uribe pueda darle unas humildes recomendaciones al respecto.

¡Ah, bueno! Y se me olvidaba contarles por quién conocí yo a Jaime. ¿Recuerdan ustedes al viejo Jorge Barón, el de El Show de las Estrellas? Pues bien, cuando nuestro ilustre abogado estaba apenas tomando alas en el humilde oficio de la abogacía, este moja tetas y despilfarrador de agua tocó las puertas de su oficina y poco a poco lo llevó a una fama mediática para todos evidente.

Guarde pues el Señor a los Hipocritones como Jaime Granados; y que siga él, como lo ha hecho siempre, dándonos la patadita de la buena suerte directo en la… justicia.


 
 
 

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